¿Por qué Comenzar a Escribir?

La libreta vacía

Enfermedad, ¡qué gigantesca palabra! Hace tiempo hicimos un libro conformado por notas y dibujos para una niña de pocos años: la llamaré Estrella. Tenía una condición en su sangre y cuando sus padres nos contactaron, le quedaban unas semanas de vida.

Fue la más entusiasta y aceptó reunirse conmigo con todo y las incomodidades de su estado. Cumplió su sueño de dejar un legado para sus amigas, “sus mejores amigas”, y hasta el último minuto consciente tuvo la esperanza de que regresaría a la escuela, pero “por si acaso”, como le gustaba decir, quería terminar su cuaderno en el que plasmó flores, globos, colores y palabras de aliento.

Su familia se encargó de comunicarse con ella en una narrativa de vida y no de muerte. Sin mentir, con una práctica mindfulness, hoy presente y nada más. Los padres lograron avivar sus ganas de comer gelatina y de escuchar su respiración desde adentro, algo que llamaba mucho su atención.

En otra historia, mi madre, poco antes de partir, mantuvo una conversación basada en el desaliento. Extrañando a la mujer que nunca se guardó las palabras que quiso expresar, decidí regalarle una libreta, realmente lo hice con ganas de que ella escribiera. Elegí una de color azul eléctrico, pasta dura, un tamaño singular, bonita. Le pedí escribir un poco todos los días o al menos una vez por semana. Me sonrió enigmáticamente, dijo gracias, me abrazó.

La hija escritora se quedaría con ganas de páginas y páginas con su bellísima letra. Un día después de su muerte, me fue entregada su libreta sin usar. La comprendí. Quizás ganó el dolor y ante cada batalla hay una guerrera a cargo.

¿Qué te ocurre hoy? Si estás pasando por una pérdida, una enfermedad, un accidente, una ruptura: es real. Somos simples humanos susceptibles a la circunstancia. 

Sin embargo, lo que piensas, cómo y con qué alimentas a la mente, es de tu autoría. Tu narrativa tiene una persona creadora y eres tú. Lo primero es aceptar eso. Cómo te hablas. Qué te dices. Con qué mensajes insistes en llenar tus días. Cómo te calificas.

La escritura salva vidas. Cuando entiendes que tienes el poder –literalmente– de crear y criar a una alimaña o a una fuente para sentir, recordar y crear, cambia la historia.

Un médico me dijo una vez que la enfermedad -en algunos casos- está en el diagnóstico. Entiendo que fue una manera de expresar que, cuando no lo sabes, el problema muchas veces no llega a producir efectos graves en tu cuerpo. Si lo sabes, es difícil quitarlo de tu mente.

Esto no es felizología ni coco wash. Es dejar las tijeras a un lado y ponerte más lúcida y creativa de lo que has sido hasta ahora. Más honesta. La vida se vuelve, en este sentido, una aventura imperdible. No querrás estar aislada de vivir, porque te traes de tu lado.

Todo está en tu narrativa, más potente si es Mejor Breve. Los mensajes cortos se quedan y en la extensión tendemos a perder la ruta.

Compadécete un poco de las veces en que te has atiborrado de sentencias perversas. Tienes la voz para llenarte de una narrativa distinta, enfocada a lo que eres y deseas vivir. Que sea clara, directa, Mejor Breve.