Escribir es más terapéutico de lo que crees
Escribir un libro es una de las actividades más desafiantes y enriquecedoras para el cerebro humano. Este proceso no solo implica creatividad y concentración, sino que también activa múltiples áreas cerebrales, promoviendo el desarrollo cognitivo, la gestión emocional y la conexión interpersonal.
Muchas veces nos han preguntado cómo le hacemos para concentrarnos y no perder el hilo narrativo, olvidar algún personaje o, simplemente, concluir un capítulo.
Como escritores profesionales sabemos que escribir es retador, pero también es un hábito que exige bastante de ti, pero te da mucho más a cambio.
En este artículo te contamos cómo responde el cerebro cuando te sumerges en el arte de la escritura.
Creatividad: La chispa inicial
Cuando empiezas a desarrollar una idea, el lóbulo frontal, responsable del pensamiento creativo y la resolución de problemas, se pone en marcha. Aquí se originan los conceptos innovadores y las conexiones inesperadas entre ideas.
- Durante este proceso, el cerebro produce dopamina, el neurotransmisor asociado al placer y la recompensa, lo que puede explicar por qué escribir puede ser tan satisfactorio.
Organización y planificación
El acto de estructurar un libro activa la corteza prefrontal dorsolateral, la parte del cerebro encargada de la organización y la planificación a largo plazo.
Aquí decides:
- La trama o el argumento
- La personalidad de los personajes
- El ritmo y los capítulos
Esta actividad es similar a resolver un rompecabezas, lo que mejora tu capacidad para planificar y organizar tareas complejas en otros aspectos de tu vida.
Gestión emocional
Al escribir, especialmente cuando abordas temas sensibles o profundos, el sistema límbico (la región del cerebro que regula las emociones) juega un papel crucial.
- La escritura actúa como una forma de catarsis, permitiéndote procesar y liberar emociones intensas.
- Escribir sobre experiencias personales activa la corteza cingulada anterior y la ínsula, regiones relacionadas con la autoconciencia y la empatía.
El lenguaje en acción
El lóbulo temporal izquierdo, donde reside el área de Broca (clave para la producción del lenguaje), trabaja a toda máquina cuando te esfuerzas por encontrar las palabras correctas para expresar tus ideas.
Además, el área de Wernicke, asociada con la comprensión del lenguaje, ayuda a asegurarte de que tus frases sean coherentes y significativas.
Memoria y aprendizaje
Escribir un libro implica recurrir constantemente a la memoria. Ya sea para recordar eventos, datos históricos o detalles de tus personajes, estás activando el hipocampo, una estructura esencial para la memoria a largo plazo.
Además, cada vez que investigas sobre un tema para tu libro, fortaleces las conexiones neuronales y aprendes cosas nuevas, lo que aumenta tu reserva cognitiva.
Resiliencia y perseverancia
Escribir no es un proceso lineal ni sencillo; requiere disciplina y paciencia. Este esfuerzo fortalece las redes neuronales asociadas con la resiliencia y la tolerancia a la frustración.
A medida que avanzas y superas bloqueos creativos, el cerebro se adapta, desarrollando habilidades para manejar la incertidumbre y resolver problemas.
Conexión interpersonal
Si escribes pensando en una audiencia, estás activando áreas cerebrales relacionadas con la teoría de la mente, como la corteza prefrontal medial. Esto te permite anticipar cómo tus lectores podrían interpretar o sentir tus palabras, fomentando la empatía y la conexión humana.
Escribir es un ejercicio cerebral
En pocas palabras, escribir un libro es un entrenamiento integral para tu cerebro. Estimula la creatividad
- Mejora la memoria
- Fortalece la gestión emocional
- Fomenta habilidades cognitivas avanzadas
Ahora ya lo sabes, por algo escribir un libro lleva su tiempo. Debes conectar con diferentes zonas para encontrar la frase perfecta, y despertar otras áreas sensibles para transmitir la emoción de tu mensaje.
En Haz tu Libro recomendamos ampliamente el ejercicio de escribir. Al trabajar en los libros de nuestros autores les pedimos que escriban algunas páginas. Entre esta prosa y las entrevistas que les hacemos entendemos mejor su tono y léxico para poder replicarlo en su propio libro.
Si alguna vez has soñado con escribir un libro, este es el momento de empezar. Tu cerebro (y tu lector futuro) te lo agradecerán. ¡Atrévete a plasmar tus ideas y disfruta del viaje creativo!